12 de novembre 2010

Crónica de la presentación de “Llull con Lacan”, por Beatriz de Balanzó











En su libro Amic e Amat, Ramón Llull ofrece para cada día del año una reflexión o metáfora para “empezar el día con buen pie”. El 25 de octubre toca el siguiente pensamiento:

25. - Glòria est, amat, de ma glòria; e ab ta glòria e en la glòria, dónes glòria a ma glòria, qui ha glòria de ta glòria. Per la qual tua glòria, me són glòria egualment los treballs e los llanguiments qui em vénen per honrar ta glòria ab los plaers e els pensaments qui em vénen de ta glòria.

25 de Octubre de 2010. Librería Bertrand de Barcelona. Miquel Bassols presenta su libro LLULL CON LACAN. El amor, la palabra y la letra en la psicosis a las 19:30 hs. En el enclave del actual trabajo del Seminario del Campo Freudiano: La Psicosis (el Seminario III de Lacan), este libro se inscribe como compañero de viaje para elucidar ciertos asuntos sobre el nombre.

Hace fresco otoñal pero en este oasis de libros parece no notarse tanto.

19:15hs. Entra Miquel Bassols i Puig, baja la rampa. Los asistentes nos desplazamos entre las hojas de los libros y pasamos a una hermosa estancia acristalada con un fondo de nuevas hojas: esta vez de plantas y enredadera.

Un poco de espera, tiempo para disponerse cada cual en su silla, blancas en su mayoría, acomodadas en dos grupos, frente a la mesa de presentación, donde se sitúan, de izquierda a derecha, según los vemos, Juan Ramon Lairisa (psicoanalista, miembro de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis, director de la Biblioteca del Campo Freudiano de Barcelona, que preside el acto y hace las presentaciones oportunas), José Enrique Ruiz-Domènec (Doctor por la UAB, Catedrático de Historia Medieval, Director del Institut d’Estudis Medievals, editor de la revista Medievalia, miembro de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona y de la Real Academia de Doctores de Cataluña), Miquel Bassols (psicoanalista, miembro de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis y de l’École de la Cause Freudienne, Coordinador y Docente de la Sección Clínica de Barcelona (Institut du Champ Freudien), Doctorado por el Département de Psychanalyse de Paris VIII, autor del libro Llull con Lacan), Antoni Vicens (psicoanalista, miembro de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis, Docente de la Sección Clínica de Barcelona (Institut du Champ Freudien), Doctor en Filosofía, profesor de la UAB-.

Comentamos con una compañera de silla qué lástima que no se graben eventos como éste. Pero, curiosamente, ¿en un desafío librado a la memoria?, ninguna de las dos llevamos cámara o grabadora.

Comienza la presentación, con una atenta mención para parte de Juan Ramón Lairisa a los presentes y al ausente de esperada pronta presencia en la mesa, Ruiz-Domènec, y cita el último párrafo de Vicente Palomera en la presentación del libro. Acto seguido pasa la palabra a Antoni Vicens, que empieza a leer un escrito de cuya braveza y certeros apuntes, alcanzo sólo a recoger lo siguiente:

- “L’amor queda, no s’esborra, queda escrit” “amb dir-lo només, l’amor ja circula” “la paraula amor és creadora”
- “Ramon conté la paraula amor i la paraula món”
- “per Llull, la paraula conté la lletra”.
- “del poder creador de la paraula, Llull n’extreu una Art”
- “La lletra és el suport material de l’amor”

Miquel Bassols agradece a Antoni Vicens sus palabras (por su rostro lo ha estado haciendo durante la intervención, dejándose sorprender por aquél al que ha invitado a su mesa), y propone un debate en espera de Ruiz-Domènec. Dice: “la paraula dita, la que és dita, es paraula escrita”. Habla de “el déu de Ramon Llull” y dice que “és l’Amat” y que “envia lletres al subjecte Ramon Llull i li emana que interpreti la Natura a partir d’elles”. Explica que, en sus primeras lecturas Llull, le llamó la atención un significante que se repetía a lo largo de la obra: “Amat”.

Pero llega súbitamente Ruiz-Domènec y el debate es ahora quien espera ser reencontrado. Habla locuaz, rápido, divertido. No hay tiempo para el reproche por su retraso. En un gesto que la elegancia protege, Bassols ya ha recomendado su libro minutos antes. Ahora, en un gesto que enmienda el desaguisado de la demora, Ruiz- Domènec se retira del rostro un flequillo ¿involuntario? y dice que el destino no quería que hoy estuviera aquí (el avión que tenía previsto coger por la mañana se estropeó) pero el destino ha querido que estuviera aquí (viajó hasta Milán y el taxista que le condujo escuchó de su boca “hay un saber que nadie sabe que sabe”). Sobrada contradicción con la que apetece seguir escuchando. Además se ganó la escucha del público de entrada, poniéndolo suficientemente a la defensiva cuando dijo: Disculpen el retraso. En un encuentro con psicoanalistas, esto debe decir algo de mi síntoma… o algo por el estilo. Y llegó justo antes del debate. Y alabó abundantemente el libro de Bassols: “Este libro despierta. Despierta el inconsciente”

Y habló de su inconsciente, de lo peligroso que podía resultar despertarlo… “Despierta el inconsciente y la conciencia. Y además de despertar, explica. Es un libro clarividente y diáfano en su modo de explicar”… “¿Qué ocurre cuando la esfinge no lleva nada dentro?”

Algunos minutos más tarde, orientado por el mismo entusiasmo que alcanzó con sus primeras frases, continúa: “Percibo la peregrinatio como una iniciación, probablemente, a lo proceloso del lenguaje. Para ello aparecen tres figuras: Llull, Lacan, Bassols”.

Menciona la página en la que descubre a Bassols (página 33): “ahí te pillé” exclama con el brillo de un niño que encuentra al otro, que se esconde, y dice mirando a Bassols, que sonríe, “te ocultabas, te escondías”. Pero poco después, siguiendo el contundente efecto de la contradicción del inicio de su intervención, dirá que Bassols se muestra. Y otorgará a eso un mérito no siempre reconocible en los que escriben. Y concluye que “el autor (Bassols), deviene actor del drama”.

Algo más tarde continúa: “Hay un problema que flota en el libro, una ola que va y viene (y menciona el mar Mediterráneo, y a Serrat, luego me enteraré, no en balde, que ha escrito acerca de la cultura europea y la herencia mediterránea): el mundo de la metáfora, de lo proceloso, deviene en Llull una obra: El Ars Magna. Pregunta: ¿Es una impostura?”. Y sigue: “La pregunta que me hago es porqué el significante y no la historia ha de contestar esta inmensa pregunta”.

Situar el tiempo histórico de la escritura de Llull arroja alguna luz valiosa como la mención de la Teoría Apofántica sostenida estos años y fundamentada por los religiosos místicos de la época en “lo importante no es que nosotros amemos a Dios, sino que Dios nos ame”.

Esto subyace en Llull: Ser el amado del Otro (del Amat, del Dios Amat) está, según Bassols, en la línea de una erotomanía divina: “El Otro me ama, me ha escogido a mí como objeto de amor”.

Una sola corrección hace Ruiz-Domènec a Bassols apelando “el maestro (por Llull) te diría”… se trata de las mujeres. Cuando el libro habla de Llull, y de su pasión de juventud, Ruiz-Domènec propone que se trata de “las mujeres”, no de “la mujer”. Bassols puntúa que las mujeres aparecen para Llull como lugar de interlocución. “Son figuras no idealizadas al estilo del amor cortés, sino figuras completas, sublimadas.”

Es casi al final del debate, cuando Vicens retoma la palabra para hablar de la mística. No todos los místicos son psicóticos, ni todos los psicóticos son místicos, señala. Y, a propósito de los místicos, hace esta consideración: “debemos… podemos aprender de los místicos, de su relación con lo imposible”.

Broche para un encuentro en el que, sin descuido, un asistente en la sala (de cuyo nombre no disponemos), hace constar tres puntos, que ha anotado con interés y a propósito de los cuales da su parecer:

1.- En relación a “palabra dicha, palabra escrita” , dice que hubo un tiempo de tradición oral.

2.- En relación a la mención de que en época de Llull no había imprenta todavía, recuerda que existía la pluma.

3.- En relación a un comentario de Ruiz-Domènec a propósito de que quizá “cabría preguntarle a Dios, en todo caso, porqué ama al ser humano”, considera que somos criaturas divinas, a imagen y semejanza de Dios, tal y como creía Llull.

Por último, una pregunta de Vicente Palomera a Ruiz-Domènec y la respuesta, como si de abrir algunos tomos e intercalar ciertos datos muy exactos se tratara, permite deleitarnos un rato más por el archivo sonoro de la historia.

Agradecimientos y punto final al encuentro con una copa de cava para quien lo desee.

Miquel Bassols se acompaña hoy de Llull y Lacan para esta empresa, de Lairisa, Vicens, Ruiz-Domènec… y tantos otros que cita en su libro y que asistimos a la presentación y/o a la lectura de sus páginas… páginas en blanco escritas. Hojas, también. Imposible decir todo.

Disculpen que no siga la cronología, tan precisa al principio. Fue, tal vez, que sucedió algo de esto: fecha y hora en el inicio, y una gloria en el encuentro.

1 comentari:

Vicent Llémena i Jambet ha dit...

Un comentario grandemente descriptivo, en el que las formas son lo importante, quizá más que el fondo que desea describir, esto debe ser la letra, el amor y la palabra van como en un sueño hilvanando la crónica.
Entre las tres me he hecho una idea del libro, como un pequeño nudo borromeo, debo leerlo señor Miquel, ya veré si encuentro la posibilidad.
Gracias a todos por sus aportaciones a la cultura y por hacerlas públicas.

Vicent