15 de juny 2023

Disolución - Refundación

 

Me toca bajar la persiana de la Sección Clínica de Barcelona.  No es de mi gusto, pero sé que es para que pueda abrirse otra persiana —otra, que sea distinta— dentro de un tiempo, un año, con un relevo y con otras perspectivas. La permutación es, como indicaba J.-A. Miller la semana pasada, una buena condición para nuestras instituciones y para su mejor funcionamiento. Y Lacan, en su famosa carta de disolución de la Ecole freudienne de Paris de enero de 1980, podía escribir: "No espero nada de las personas, y alguna cosa del funcionamiento”.

De momento, tenemos las consecuencias de una disolución que fue anunciada hace ahora un año para una refundación que deberá ser dentro de un año. El tiempo cronológico parece largo, pero tiene una duración subjetiva solo determinada por el tiempo lógico del colectivo tomado como un sujeto. Hay un sujeto transindividual, colectivo, que nos conduce y que sigue los tres tiempos indicados por Lacan. 

1. Instante de ver. La disolución de la SCB fue una decisión del director del Instituto del Campo Freudiano, J.-A. Miller, que fue refrendada por el conjunto de docentes y responsables de actividades de la ex-SCB, por unanimidad, el 18 de julio del año pasado. Fue, como indicó el propio J.-A. Miller un “acto suicida” seguido de “un acto de fe”. Hubo y sigue habiendo una diversidad de afectos al respecto: perplejidad, malestar, alivio, inquietud… Lo importante, sin embargo, está más allá de los afectos.

2. Tiempo de comprender. La disolución-refundación es un acto, del que sólo sabremos los efectos “après coup”. Llevamos un año para hacer efectivo ese acto, pero no es seguro que sea todavía un acto efectivo que lleve a una verdadera re-fundación. Hace falta un tiempo para comprender que no deberíamos ahorrarnos, que supone un trabajo que está todavía por hacer.

3. Momento de concluir, para producir un nuevo instante ver. La disolución debe ser la causa  de una refundación sobre nuevas bases, y la causa de una nueva transferencia de trabajo. Tenemos un año para producirlo, sólo eso nos llevará a un momento de concluir colectivo para refundar un movimiento instituyente de una enseñanza y una transmisión que esté a la altura del ICF. Es un trabajo necesario, pero no podemos saber ahora, todavía, si será posible ni suficiente para constituir estas nuevas bases. Veremos. Mañana la Comisión Campus expondrá los principios de las actividades para construir estas nuevas bases y podremos conversarlo.

 Quiero recordar ahora el punto de inflexión que precipitó este acto de disolución. Lo encontramos en la carta de J.-A. Miller del 8 de julio de 2022: "Las informaciones que he reunido me han convencido de que el funcionamiento de la SCB ya no responde a las normas del ICF. En consecuencia, he decidido disolver la Sección."

Está todavía por dilucidar qué quiere decir la primera frase que conduce a la segunda. No es seguro que todos y cada uno entendamos lo mismo. Se trata del funcionamiento y no de las personas. Se trata de la orientación, no de la administración o de la gestión (como fue en otros momentos de dificultad de la SCB). Hay que dilucidar también cuáles son "las normas" del ICF a las que la SCB no ha respondido. ¿Es la investigación? ¿Es la enseñanza?  En todo caso, es solo con este trabajo de dilucidación, que solo puede hacerse con y en el colectivo que era la SCB, que la Disolución podrá llevarnos a una Refundación en un nuevo lazo de trabajo. Es el trabajo que nos espera el próximo curso. Lo encaro con decisión, con la certeza de qué solo una discusión a cielo abierto y sin imposturas (más allá también del narcisismo de cada uno) podrá llevarnos a algún puerto, sea cual sea.

Recuerdo muy bien el mes de agosto de 1988 (pronto hará 35 años), cuando en plenas vacaciones estivales trabajábamos con J.-A. Miller en la construcción de la SCB, después de tres años de funcionamiento del Seminario del Campo Freudiano en Barcelona. Recuerdo estar traduciendo al castellano su "Prólogo de Guitrancourt" del 15 de agosto, con la idea clara de que era un texto fundante, no solo de la SCB sino de la extensión del ICF en otras ciudades del mundo. Fundante de un modo de enseñanza que era inédito, en cualquier universidad o instituto. Y recuerdo haberme detenido especialmente en este párrafo: 

«No existe paradoja en plantear que las exigencias más estrictas [del trabajo que supone la SCB, tal vez sean eso "las normas"] son para aquellos que se ponen a prueba en una función de enseñanza en el Campo Freudiano sin precedentes en su género, ya que el saber, si bien obtiene su autoridad por su coherencia, sólo encuentra su verdad en el inconsciente, es decir, por un saber en el que no hay nadie para decir "yo sé". Lo que se traduce en lo siguiente: que sólo se dispensa una enseñanza a condición de sostenerla por una elaboración inédita, por modesta que sea.»

Subrayo esta idea: un saber puede ser muy coherente y no tener efectos de verdad para el sujeto. Y si además es un saber incoherente (a veces ocurre) pues entonces menos todavía. Creo que estamos lejos de medir las consecuencias que tiene este párrafo en la lógica colectiva del grupo analítico (donde todos somos, de hecho, participantes). Después de 35 años, tengo la impresión de que en la SCB no hemos estado a la altura de estas consecuencias y que conviene, en efecto, disolver y refundar este espacio del ICF. Es la única razón que me llevó a votar la disolución-refundación.

Hoy, pues, la SCB se disuelve. El ICF en Barcelona se convierte en un conjunto vacío, una tabula rasa para inscribir este trabajo de disolución-refundación. He acompañado su trabajo desde el inicio como coordinador y como asesor (a partir de los cuatro años en los que me hice cargo de la presidencia de la AMP). 

Puedo decirles que acompañaré, como mejor sepa, el trabajo que nos queda por hacer en la Refundación deseada.

Solo me resta dar las gracias a todos aquellos con los que he colaborado en este trabajo desde el principio. Y dar paso a la conversación.

 

Miquel Bassols

14 de junio de 2023 



(Intervención en la jornada de clausura del curso 2022-2023 de la SCB)


08 de juny 2023

René Daumal i el saber

© René Daumal


(Français, Català, Castellano)


Propos de René Daumal à André Rolland de Renéville rapportés par Vera Daumal sur Le Mont Analogue:

« Je m'apprête à décrire, au cours des cinquième et sixième chapitres, l’expédition des quatre dégonfleurs.Tu te rappelles quau début, il y avait parmi les person­nages : Julie Bonasse, actrice belge, Benito Cicoria, tail­leur pour dames, Émile Gorge, journaliste, et Alphonse Camard, poète fécond, qui nous ont lâchés avant même de commencer. Cependant ils ont fini par déci­der un jour de s’embarquer de leur côté avec quelques- uns de leurs camarades, pour essayer de découvrir eux aussi le Mont Analogue, car ils étaient persuadés que nous les avions trompés, et que si nous étions partis à la recherche du fameux Mont, c’était dans l’espoir d’y trouver quelque chose d’autrement important qu’un type d’humanité supérieure. C’est pourquoi ils nous appelaient : “les farceurs”. Ils pensaient que cette mon­tagne devait recéler du pétrole, de l’or et d’autres richesses terrestres. Toutefois ils présumaient que ces trésors étaient jalousement gardés par un peuple auquel il s’agissait de les arracher. Ils équipèrent en conséquence un bateau de guerre muni de l’armement le plus moderne et le plus puissant, puis levèrent 1 ancre. Leur voyage se déroula à travers maintes péripéties, mais enfin ils parvinrent en vue du Mont Analogue, et s’apprêtèrent à faire usage de leurs armes. Toutefois, comme ils ignoraient les lois essentielles, ils furent arrêtés par un infranchissable tourbillon. Condamnés a tourner en rond, ils pouvaient cependant bombarder cette terre, mais tous leurs projectiles reve­naient vers eux, tels des boomerangs, de sorte que leur fin était dérisoire. Je veux m’étendre tout particuliè­rement pour finir sur une des lois du Mont Analogue : pour en atteindre le sommet, l’on doit aller de refuge en refuge. Mais avant de quitter un refuge, l’on a le devoir de préparer les êtres qui doivent venir y occuper la place que l’on quitte. Et ce n’est qu’après les avoir préparés, que l’on peut monter plus haut. C’est pour­quoi, avant de nous élancer vers un nouveau refuge, nous avons dû redescendre, afin d’enseigner nos pre­mières connaissances à d’autres chercheurs. »

(Les Monts Analogues de René Daumal. Gallimard, Paris 2021, p. 139)


* * *
 
Comentaris de René Daumal a André Rolland de Renéville transmesos per Vera Daumal a propòsit d’ El Mont Anàleg, novel·la inconclusa:
 
«Estic a punt de descriure, durant els capítols cinquè i sisè, l'expedició dels quatre trànsfugues. Recordes que, al principi, estaven entre els personatges: Julie Bonasse, actriu belga, Benito Cicoria, modista de dones, Emile Gorge, periodista, i Alphonse Camard, poeta prolífic, que ens va deixar fins i tot abans de començar? Tot i això, van acabar decidint un dia embarcar-se pel seu compte amb alguns dels seus companys, per intentar descobrir també el Mont Anàleg, perquè estaven convençuts que els havíem enganyat, i que, si anàvem a la recerca de la famosa Muntanya, era amb l'esperança de trobar-hi alguna cosa més que un tipus superior d’humanitat. Per això ens deien: "els farsants". Creien que aquella muntanya havia de contenir petroli, or i altres riqueses terrenals. No obstant això, presumien que aquests tresors estaven gelosament guardats per un poble a qui calia arrabassar-los. En conseqüència, van equipar un vaixell de guerra amb l'armament més modern i poderós, després van llevar àncores. El seu viatge va passar per moltes aventures, però al final van arribar a albirar el Mont Anàleg i es van disposar a fer servir les seves armes. No obstant això, com que ignoraven les lleis essencials, van ser aturats per un remolí infranquejable. Condemnats a donar voltes en rodó, no obstant van poder bombardejar aquella terra, encara que tots els seus projectils es van girar contra ells, com a boomerangs, de manera que el seu fi va ser irrisori. Vull aturar-me particularment per acabar en una de les lleis del Mont Anàleg: per arribar al cim, cal anar de refugi en refugi. Però abans de sortir d'un refugi tenim el deure de preparar els éssers que han de venir a ocupar el lloc que estem deixant. I és només després d'haver-los preparat, que hom pot pujar més amunt. Per això, abans de marxar cap a un nou refugi, vam haver de tornar a baixar, per ensenyar els nostres primers coneixements a altres investigadors.»
 

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Comentarios de René Daumal a André Rolland de Renéville transmitidos por Vera Daumal a propósito de El Monte Análogo, novela inconclusa:
 
«Estoy a punto de describir, durante los capítulos quinto y sexto, la expedición de los cuatro tránsfugas. ¿Recuerdas que, al principio, estaban entre los personajes: Julie Bonasse, actriz belga, Benito Cicoria, modisto de mujeres, Émile Gorge, periodista, y Alphonse Camard, poeta prolífico, que nos dejó incluso antes de comenzar? Sin embargo, acabaron decidiendo un día embarcarse por su cuenta con algunos de sus compañeros, para intentar descubrir también el Monte Análogo, porque estaban convencidos de que les habíamos engañado, y que, si íbamos en busca del famoso Monte, era con la esperanza de encontrar allí algo más que un tipo superior de humanidad. Por eso nos llamaban: "los farsantes". Creían que aquella montaña debía contener petróleo, oro y otras riquezas terrenales. Sin embargo, presumían que estos tesoros estaban celosamente guardados por un pueblo al que había que arrebatárselos. En consecuencia, equiparon un buque de guerra con el armamento más moderno y poderoso, luego levantaron el ancla. Su viaje pasó por muchas aventuras, pero al final llegaron a avistar el Monte Análogo y se dispusieron a usar sus armas. Sin embargo, como ignoraban las leyes esenciales, fueron detenidos por un torbellino infranqueable. Condenados a dar vueltas en redondo, pudieron sin embargo bombardear aquella tierra, aunque todos sus proyectiles se volvieron sobre ellos, como boomerangs, de modo que su fin fue irrisorio. Quiero detenerme particularmente para terminar en una de las leyes del Monte Análógo: para llegar a la cumbre, hay que ir de refugio en refugio. Pero antes de salir de un refugio, tenemos el deber de preparar a los seres que deben venir a ocupar el lugar que estamos dejando. Y es sólo después de haberlos preparado, que uno puede subir más arriba. Por eso, antes de partir hacia un nuevo refugio, tuvimos que volver a bajar, para enseñar nuestros primeros conocimientos a otros investigadores.»