19 de desembre 2007

“Le Nouvel Âne”, una política del síntoma



Aperiódica, incisiva, sorprendente, más bien socarrona y de humor gracianesco – con arte e ingenio –, impulsora de foros y debates contra las políticas higienistas de salud que recorren los Ministerios europeos, crítica insurgente contra la homogenización y la ideología de la evaluación a la que nos someten buena parte de las políticas actuales, partidaria de lo singular en el arte y la cultura, del deseo como algo inesperado, inédito... Y todo ello siguiendo la clínica y el discurso del psicoanálisis de orientación lacaniana. Le Nouvel Âne (LNA) es la revista que, dirigida por Jacques-Alain Miller desde el país vecino, ha pasado decididamente al contraataque en un momento en el que Europa, la vieja Europa, parece olvidar la posición ética y cultural que la hizo crisol de la modernidad. Pero - ¡atención! - esta misma modernidad ha sido, a su vez, crisol de las ideologías que ahora retornan desde el Otro lugar con el ropaje “neo” (neoliberal, neohigienista, neoconservador...) Así que Europa no debe quejarse de la oleada sino que debe preguntarse de la buena manera cómo ha contribuido a ella, cómo ha alimentado a este Otro que ahora habita en su interior más íntimo. Es lo que el psicoanálisis puede hacer valer como posición ética al dirigirse al sujeto de nuestro tiempo y decirle: mira la parte que te corresponde en el desorden del que te quejas. Tu síntoma, como los síntomas que recorren nuestra civilización, no son atribuibles a una causa ajena a tí mismo – gen o neurona – sino que se alimentan del goce que tú mismo denuncias en el Otro.

Le Nouvel Âne recoge con esta voz el testigo de aquella otra revista llamada L’Âne (El Asno) que marcó una época en los años ochenta en Francia siguiendo la enseñanza del psicoanalista Jacques Lacan. De ahí le viene el nombre, de un chiste con el que Lacan quiso despertar a los propios psicoanalistas del sueño de su extraterritorialidad, encerrados en sus despachos, para que salieran a la escena pública e hicieran escuchar su voz en la ciudad: el Analista era así “L’Ane-à-liste” (El Asno en lista). El Nuevo Asno – la ironía del título indica que el psicoanalista se reconoce como el primer afectado por la enfermedad del lenguaje – tiene todas las razones para dirigirse de nuevo al sujeto de nuestro tiempo que quiere orientarse en la oleada, tsunami ya, de la llamada globalización.

Esta oleada ha sido designada por el movimiento generado alrededor de LNA – más precisamente por el lingüista y filósofo Jean-Claude Milner – de un modo muy preciso: se trata de la política de las cosas. Para esta política, el gobierno es algo demasiado serio como para confiarlo a los seres que hablan, esa especie que se arma un lío cada vez que abre la boca, y es mejor confiarlo a las cosas que se gobiernan por sí mismas en la mudez de los números, los protocolos y las estadísticas. Se necesitan entonces sólo expertos y gestores que traduzcan lo que las cosas dicen, generalmente en números y porcentajes. Tenemos muchos ejemplos de esta forma de gestión pública, guiada por el ideal de la eficacia mensurable y transparente, claramente contrastada cuando se trata de verificar la calidad de automóviles o aspiradoras, pero que termina siendo de lo más ineficaz y aniquilador, una verdadera pesadilla, cuando se aplica a las personas. Un ejemplo: la “Campaña Depresión” lanzada recientemente en Francia por el gobierno Sarkozy – y que tendrá seguramente su campaña homóloga en nuestro país – para prevenir y tratar el mal de nuestra época, ese cajón de sastre llamado “depresión”, el mal que la OMS ha establecido ya como la primera causa de invalidez cuando llegue el año 2020. El número 7 de LNA está dedicado a analizar y criticar los supuestos que esta campaña, desinformativa y más bien nociva para la salud pública, esconde en su aparente evidencia. En un momento donde varias estadísticas demuestran que el 90% de la población puede tener sentimientos depresivos, una campaña de alerta con el mensaje: “¡cuidado, puede estar usted deprimido sin saberlo!” tiene todas las posibilidades de acertar. Y de proveer enseguida al enfermo – eficacia probada – el remedio debidamente promocionado por las multinacionales de la farmacología. Pero, tal como insisten en hacer escuchar varios artículos de LNA, la medicalización masiva del sufrimiento psíquico es hoy una de las peores formas de asegurarse el retorno, cada vez más insidioso, del síntoma en la medida que no puede ser escuchado en su singularidad, con un sentido irreducible a una variable estadística. Como decía no hace mucho una autoridad sanitaria de nuestro país, alarmada por el gasto social dedicado a los psicofármacos: “Hoy se toman antidepresivos con demasiada alegría”. El humor, más o menos involuntario, de la declaración no debería dejar escondida la razón de esta política que la editorial de LNA sintetizaba así: “Reducir al humano a una cadena de neuronas y de neurotransmisores no es sólo reducirlo a la servidumbre, es condenarlo a un depresión definitiva”.

Es para ir a contracorriente de esta inercia, ciertamente depresiva, que LNA se ha propuesto reunir en Francia, y también más allá de sus fronteras, a las fuerzas vivas intelectuales del arte y de la cultura con el claro designio de incidir en la “polis” y hacer valer la singularidad del sujeto que el psicoanálisis encuentra en su experiencia. Los Forum organizados por LNA han reunido ya a nombres como Bernard-Henri Lévy o Philippe Sollers, de quien la revista ha tomado como lema su aforismo inspirado en el famoso de Voltaire: Tout est pour le mieux dans le pire des mondes possibles (Todo es para lo mejor en el peor – y no en “el mejor”, como decía Voltaire – de los mundos posibles). El último Forum LNA, realizado el pasado sábado 24 de Noviembre en París con 500 asistentes, contó con la participación de la directora de teatro Brigitte Jacques-Wajeman, acompañada de Emmanuel Demarcy-Mota, director del Théâtre de la Ville de Paris, del filósofo y lingüista Jean-Claude Milner, o de la artista Orlan, además de un buen número de psicoanalistas de varias ciudades europeas, de jóvenes estudiantes de psicología y filosofía, y de responsables de entidades médicas y de formación de psicoterapeutas. Se anuncia ya un próximo Forum LNA los días 1 y 2 de Febrero 2008 que el propio Ministerio de Sanidad francés ha tenido a bien acoger en sus locales (con sólo 250 plazas) y a la semana siguiente, el 9 y 10, un gran Meeting en los locales de la Mutualité de Paris (con un aforo de 1000 plazas).

Jacques Lacan pudo escribir un día: “que la felicidad se haya convertido en un factor de la política es una proposición impropia”, por la simple razón de que siempre lo ha sido. Así, el ideal de felicidad como promesa universal puede llevar también al “peor de los mundos posibles” y es por eso que el psicoanálisis confía más en la verdad que debe descifrarse en lo singular de cada síntoma. LNA ha hecho así suya aquella otra expresión de Lacan a la hora de responder al ideal de felicidad y darse el principio de su acción: una política del síntoma.

2 comentaris:

Vicent Llémena i Jambet ha dit...

Abans de llegir l'últim paràgraf ja me n'havia adonat del que es volia dir amb la política del símptoma i la impossibilitat de fer un món infinitament cap al gaudi, no es pot intentar omplir el forat i els forats contínuament ni que aquesta finalitat siga la que òmpliga el nostre gaudi, hem de fer una vida del símptoma, sota el discurs de l'analista, sí, és cert que hem de construir un món més just i lluitar dins de les nostres possibilitats pels nostres interessos, però no anteposar aquesta idea a la idea d'una comunió entre gaudi i desig, li recomane un article de Juan José MillásLa realidad es un agujero, no és que la realitat calga construir-la en base a canviar tots alhora la realitat dialècticament com fan les arts o les ciències, tampoc que tot romanga en el temps, però sí en base a una vida individual i intransferible traure el desig i el gaudi i juntar-los amb l'objectiu de viure, simplement viure. L'ethos i el logos la gran incògnita, en la que hem de treballar individualment i col·lectiva per a anar omplint buits.
Bé el deixe senyor Miquel i dir-li que espere amb ansietat els seus articles, però al seu bloc hi ha un munt que aniré si no escriu a sovint, comentant.
Salutacions de Vicent Adsuara.

Miquel Bassols i Puig ha dit...

Gràcies, Vicent, pel seu comentari retroactiu. Gaudi, desig i amor és una triada difícil de conjuminar i que demana sempre i cada vegada una aposta ètica, com molt bé indica.
Se m'havia passat l'article de J. J. Millàs que veig que es va publicar al Blog de l'ELP. Sobre la importància del forat sempre tinc present la figura del "tokonoma" en la cultura japonesa: el buit necessari per fer una casa habitable...