Entrevista realizada por Betina Ganim para Radio Lacan
1 - ¿Qué repercusiones ha tenido Pipol 8 en la
dimensión clínica, política y epistémica?
El tema para este 4º Congreso Europeo de Pipol se
ha demostrado muy bien escogido para tratar la coyuntura actual de la clínica
en el campo de la llamada “salud mental”, una coyuntura que está macada por una
ausencia cada vez mayor de una orientación precisa. “La clínica fuera de las
normas” es un título provocador de debate, pero es que hoy parece que una
verdadera clínica que atienda al sujeto en su singularidad ya solo puede
situarse “fuera de las normas” en todos los sentidos de la expresión. El
fracaso del proyecto DSM que se ha estado desarrollando durante estas últimas
décadas, como manual normativo para el diagnóstico y tratamiento, ha dejado
fuera de la norma, tanto de la norma estadística como de la norma de salud, la
mayor parte de fenómenos ordinarios en el sujeto de nuestro tiempo. El sujeto
de nuestro tiempo está ya, él mismo, fuera de la norma. Lo que supuestamente
vendrá al lugar de este declive del DSM, la orientación llamada con las siglas
RDoc (Research Domain Criteria), no hará más que agudizar las contradicciones
de esta coyuntura, por el simple hecho que con el solo uso de los llamados
marcadores biológicos deja fuera de su campo la singularidad del sujeto de la
palabra y del lenguaje, el propio ser que habla y que es el único que puede dar
testimonio del sufrimiento psíquico. Hemos podido escuchar múltiples casos en
los que esta cuestión ha sido central: casos de autismo, de fenómenos del
cuerpo, de síntomas inclasificables, de casos tratados en instituciones y en
las consultas privadas, casos que cuestionan las normativas diversas y las
ideas previas de normalidad, tanto sobre la sexualidad como sobre la idea de
felicidad.
Entonces, en el registro clínico, se trata de
sacar consecuencias de esta constatación: la singularidad del ser que habla y
sufre de su síntoma está siempre fuera de las normas. La idea misma de norma se
muestra entonces como una patología más, el sujeto que se quiere o se supone
normal. Hemos escuchado también casos de “normopatía”, por decirlo así, y
pueden ser los de peor pronóstico, si se me permite la ironía.
Esto tiene consecuencias inmediatas en el registro
político, entendiendo la política en sentido habitual, la política de la salud
mental por ejemplo, pero precisamente porque tiene consecuencias en el sentido
estricto de la “política del síntoma”, para tomar la expresión de Lacan. El
síntoma no es un trastorno que se aparta de la normalidad, un trastorno de
inadaptación a la realidad supuestamente normal. El síntoma es lo que cada
sujeto debe construir, inventar incluso, para dar una respuesta a lo real, ese
real del goce y del lenguaje ante el cual no hay adaptación posible. La
política del psicoanálisis parte de esta premisa para dar todo su valor y
función al síntoma. ¿Es posible pensar una política, en el sentido amplio y
clásico de la palabra, orientada por lo real del síntoma? Es lo que estamos
poniendo a prueba siguiendo el impulso que Jacques-Alain Miller ha dado estos
últimos meses a la iniciativa de la Red Zadig-Le réel de la vie, que ha tomado la forma de una red cuyos nodos se
están multiplicando de manera acelerada en distintos lugares, tanto en Europa
como en América.
Todo ello tiene ya efectos sobre el registro
epistémico del psicoanálisis en nuestra orientación y sobre las Escuelas de la
AMP. Para decirlo con una expresión que el propio Jacques-Alain Miller lanzó
hace unos años: creíamos saber lo que hacíamos cuando analizábamos la
singularidad del ser hablante; ahora, cuando queremos decir lo que sabemos
hacer nos damos cuenta que debemos inventar nuevas formas de decir.
¡Bienvenidas sean!
Serán sin duda formas de decir fuera de las
normas, fuera incluso de nuestras propias normas, las que nosotros mismos vamos
instaurando sin darnos cuenta. Estar fuera de las normas no es fácil. Bob
Dylan, el reciente premio Nobel, decía que para vivir fuera de la ley hay que
ser un tipo honesto, de lo más legal. Nosotros podemos decir que para hacer una
clínica fuera de las normas hay que ser alguien muy bien sostenido en la ley
del deseo, del deseo que no se deja nunca atrapar por la normalización
uniforme.
2. ¿Qué lectura puede hacer del Forum animado por
Jacques-Alain Miller que se ha desarrollado dentro del propio Pipol 8?
El tema del Forum ha sido de gran actualidad: el
ascenso del llamado populismo en Europa. El populismo es algo que designa
fenómenos muy variados, desde el ascenso del neofascismo con rostro humano
hasta los distintos movimientos populares que surgen del malestar en la calle
en las capas sociales más desfavorecidas, pero también, —y no es la menor de
las paradojas— de las no tan desfavorecidas. Y se han planteado respuestas
desde diversas perspectivas, de políticos, intelectuales y de los propios
psicoanalistas. La primera constatación es que no todos entendemos lo mismo con
el término populismo. Generalmente se utiliza la palabra de modo peyorativo, ya
sea dirigida hacia la derecha como hacia la izquierda, para designar la
demagogia en el discurso político, es decir, el uso del puro semblante para los
simples intereses de clase, para la
opresión social o para la segregación más brutal de lo diferente, de lo
extranjero. Sucede con este término algo parecido a lo que sucede con el
nacionalismo: la nación es la mía, los nacionalistas son los otros. Pues bien:
el pueblo es el mío, los populistas son los otros. Difícil salir de este
malentendido.
En todo caso, Jacques-Alain Miller distinguió el
populismo de ayer, que tenía toda su dignidad en el mundo clásico en contra de
la autosuficiencia de las élites y de sus privilegios, del populismo de hoy,
resultado de la caída del universo comunista que produjo sus propias élites y
sus propios privilegios. Estamos viviendo entre los restos ideológicos y
políticos de ese universo que ha dado la vuelta, como un guante, en el universo
del neocapitalismo, en lo que algunos han llamado las “neo-democracias
totalitarias”. ¿Es posible limitar los privilegios de las nuevas élites sin
substituirlas por otras nuevas, aunque sea con privilegios aparentemente más decentes?
Digamos que la llamada “izquierda”, con el calificativo que se le quiera
añadir, se ha visto desde hace un par décadas totalmente a contrapié de la
lógica que gobierna estos nuevos movimientos. Responder a las demandas sociales
puede ser entendido a veces ya como un populismo, como una cesión al discurso
del Amo que no puede descifrar qué deseo se esconde en esas demandas, qué deseo
insiste sin saberse decir ni escuchar. Entonces, el discurso del Amo no es sólo
el del poder político. Los analistas debemos saber que esta reducción es
demasiado fácil y siempre peligrosa. El discurso del Amo también es el discurso
del inconsciente, el que se agita en cada uno más allá de lo que cree saber y
decir. El discurso del Amo también es el discurso de la transferencia, motor de
la experiencia analítica y de la Escuela, en lo que llamamos la transferencia
recíproca. Así que denunciar el discurso del Amo es por sí mismo un efecto más
de lo que Lacan abordó con su aforismo: “el inconsciente es la política” (subrayo el “es”). Y recordemos lo que el propio
Lacan les dijo a los jóvenes de Mayo del 68: denunciar simplemente el discurso
del Amo es la mejor forma de reforzarlo.
No podría terminar de responder a su pregunta sin
referirme al impactante testimonio que escuchamos justo antes del Forum. Fue el
testimonio del Doctor Pietro Bartolo, médico en Lampedusa que está en primera
línea recibiendo a los desplazados que llegan a las costas, vivos y muertos
terriblemente mezclados, en barcazas indignas. Su testimonio, extraordinariamente
vivo y directo, inhumano de tan humano, dejó al auditorio del Congreso entre
mudo y agitado, tocado en lo más íntimo por las palabras y las imágenes que
mostró. “Ahora ya no pueden decir que no saben”, nos soltó. Lo peor es que lo
sabíamos pero no podíamos decir nada de lo que sabíamos después de escucharle a
él.
Varios efectos se han sucedido ya. Un miembro de
la AMP ha impulsado una colecta para dar apoyo humanitario a la labor que el
Dr. Pietro Bartolo está realizando en Lampedusa con muchos otros. Pero él
quería sobre todo lanzar una llamada de alarma. La AMP, en tanto es una ONG reconocida
ante la Organización de las Naciones Unidas, junto a la SLP, la Escuela
italiana, y la EuroFederación de Psicoanálisis presidida a partir de ahora por
nuestro colega Domenico Cosenza, está impulsando la realización de una serie de
Forums sobre el tema de “lo extranjero” y del malestar social producido por los
fenómenos de inmigración y de segregación de enormes masas de población que no
atienden ni a fronteras ni a litorales. El reto que tiene Europa ante estos
fenómenos es hoy de una magnitud imposible de reducir a números y estadísticas,
toca lo más íntimo de la subjetividad de nuestra época, esa subjetividad para la
que Lacan exigía al psicoanalista de nuestro tiempo estar a su altura, saber
descifrar la lógica que gobierna sus síntomas y sus nuevas formas de gozar.
Estamos en ello.
Me intrigas con tu texto.No sé mucho de esto
ResponEliminate leo
mi admiración....