(En català)
Sólo hace falta leer los periódicos. Leerlos, quiero decir, con la máxima de Gabriel Ferrater muy aprendida: "No hemos de creer lo que nos dicen, pero hemos de saber escuchar lo que se nos dice a través suyo" (1).
Por ejemplo, "El País" 9/06/2017, el día después de las elecciones en Gran Bretaña: "El independentismo pierde terreno en Escocia", en letras grandes, que nadie se lo pierda en España y parte del extranjero. Esto quiere decir, llámenme paranoico, "El independentismo pierde terreno". Punto. Y no hace falta añadir nada más. No hace falta añadir "...en Cataluña" porque cualquier lector lo completará por sí mismo. El lenguaje es esto, pura connotación que depende del sujeto de la enunciación y de su receptor, pura máquina interpretativa a borbotones de sentido. Y cualquier mensaje depende del contexto para producir su sentido a borbotones.
Si ahora analizamos el contexto, cualquier comentarista medianamente informado nos dirá que, de hecho, en Escocia ha habido un "voto útil" de los independentistas a los laboristas apostando por un Brexit blando en contra del Brexit duro de la señora May, y que el independentismo no ha dado ningún paso atrás. Es un modo de decir: tienen que salir de Europa pero que no sea a patadas ni dando un portazo. Por supuesto, el titular "El independentismo en Escocia apuesta por el Brexit blando" no será menos esclavo del lenguaje que hace servir o al cual sirve sin saberlo, esclavo también del contexto, ¡maldito contexto!
"¡No interprete tanto!", me dirán. Pero es que leer es interpretar, solo empezar por la primera palabra. También poner un titular es interpretar. Vivimos en un mundo de lenguaje que es pura interpretación, con una extraña satisfacción que se esconde en cada palabra, una satisfacción que no sabe decirse, que sólo puede evocarse a través de una lectura precisa de lo que se nos dice... en aquello que nos dicen.
El inconsciente es esto, está tan a la vista que no sabemos verlo. Pero podemos leerlo.
1. Gabriel Ferrater, Prólogo a Nabí de Josep Carner, Ediciones 62, Barcelona 1971, p. 6.
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