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18 d’octubre 2009

Respuesta a un neurocientífico localizacionista









Por los mismos procedimientos que en el MIT (Massachusetts Institute of Technology) están encontrando en el cortex prefrontal de los macacos un "director de orquesta que dirigiría tareas cognitivas relativamente abstractas", otros (por ejemplo, Michael Anderson en la Universidad de Oregon), han identificado hace tiempo el mecanismo freudiano de la represión en el mismo cortex prefrontal.


Por los mismos procedimientos de resonancia magnética, el equipo de Mark Solms en la Universidad de Cape Town ha localizado la tópica freudiana, tal cual, en distintas zonas del cerebro.
Cito a Mark Solms, ”Pour la Science”, 2004, p. 78:
”Las cartografías neurológicas recientes están en adecuación con la descripción hecha por Freud. La región central del tronco cerebral y el sistema límbico - responsable de los instintos y las pulsiones - corresponden al Ello de Freud. La región frontal ventral que controla la inhibición selectiva, la región frontal dorsal que controla los pensamientos conscientes, y el córtex posterior que percibe el mundo exterior, corresponden al Yo y al Superyó”.
Y podríamos seguir con otras referencias del mismo estilo. Es la línea de lo que podemos llamar ”determinismo duro” en las neurociencias, que tiene sus defensores en el psicoanálisis, y que el propio Freud consideró muy pronto como un camino sin salida, como un verdadero delirio (ver sus famosas cartas a W. Fliess).


Pero es que resulta que con los mismos procedimientos de resonancia magnética, en el departamento de Psicología de la Universidad de California acaba de comprobarse la reacción ante imágenes de personas en distintas situaciones emocionales claramente localizada… ¡en un salmón muerto!
La noticia no es un chiste, apareció en el apartado de Ciencias de “Público” el 29/09/2009. La imagen que encabeza esta columna la ilustraba y puede consultarse en:

http://www.publico.es/ciencias/investigacion/256304/salmon/muerto/reacciona/fotos?orde =VALORACION&aleatorio=0.5

Por mi parte, prefiero la afirmación del premio Nobel Eric Kandel, (al que usted se refiere y que, por cierto, empezó a interesarse en la biología y en la importancia del inconsciente gracias a su lectura de Freud y a que los padres de su compañera eran psicoanalistas). Las estructuras de la tópica freudiana NO están localizadas en el cerebro. Pero tampoco lo está el sentido de las palabras ni el afecto que las colorea con otro color que el utilizado en las resonancias magnéticas.
Queda por discernir, en efecto, dónde se localizan. Creo simplemente que estamos buscando en el mal lugar, como aquel personaje del cuento que buscaba su llave perdida cerca de una farola con la excusa de que ahí había más luz.

Y la perspectiva localizacionista y determinista en neurociencias puede llevar, en efecto, a apagar la luz del sujeto del inconsciente, tan ilocalizable en lo real del sistema nervioso como la famosa "Carta robada" de Edgar Allan Poe en el espacio de la realidad para la investigación policial.